Empieza la segunda jornada del Low Cost con un público rebosante de ganas de seguir escuchando buena música.
El día lo abrió Cosmonauta, madrileños que repiten por segundo año consecutivo y que poco a poco se hacen sitio en los festivales como en este. Ellos fueron los encargados de ir animando a los primeros que ya se pasaban por el recinto.
En el otro escenario había cola para ir a ver a la maravillosa malagueña Anni B Sweet, que llevó a cabo un perfecto directo. Su voz gana sobradamente a la de sus grabaciones y junto a sus músicos consiguió crear ese momento único y mágico que ella maneja a la perfección. Como siempre hace esta chica encima del escenario, logró transportarnos a otro lugar. Una de las partes más importante del concierto fue cuando Anni pidió que subieran al escenario a Guille e Indio, guitarra y batería de Vetusta Morla respectivamente, que colaboraron en “Good Bye Child”. (Guillermo Galván ha participado en el nuevo disco de Anni «Oh monster»). No se olvidó de sus famosas canciones como “Motorway” y “Second Hand” del antiguo disco, haciendo que «At home«, a mi parecer una de las canciones mas melodiosas del nuevo disco, pusiera uno de los broches finales de este concierto lleno de sensaciones.
En el escenario Lower en mitad del concierto de Anni B Sweet empezaron los grandes murcianos Second, que hicieron saltar y moverse a los asistentes, empezando con “Mañana es Domingo”. Como siempre este grupo no dejó de hacer vibrar al público y, con una interpretación enérgica y el acompañamiento a la perfección de un violinista en algunos de sus temas, lograron que, tanto seguidores como no, bailasen y se enganchasen a ellos. Las canciones más coreadas fueron “Muérdeme” , “Rincón exquisito” y “Rodamos”. Apenas Sean pedía participación del público porque a esas altura ya los tenían ganados. Second nos dejó con la energía renovada para lo que nos esperaba esa noche.
En el escenario Budweiser, antes de que terminara Second, teníamos a Fanfarlo, un grupo británico con un sonido indie eléctrico mezclado con folk que en alguna canción se acompañan de manera muy acogedora. Aprovecharon esta ocasión para presentar su segundo trabajo, que contiene su canción más conocida “Replicate”, sin olvidar una de las más antiguas y coreadas: «The Walls Are Coming Down«. Este grupo causó una buena sensación al público y los que no los conocían se quedaron a escucharlos prendados por la versatilidad de sonidos e instrumentos.
Seguimos en el escenario Lower para esperar a la gran voz cordobesa de Nita, es la hora de Fuel Fandango. Aunque el horario fuese duro al estar apenas a unas horas de los «cabeza de cartel», estaba presente un gran público para este dúo que saben animar y atraer a la perfección las miradas. Como solo Nita sabe moverse por el escenario y con sus canciones fusionando perfectamente sus estilos indie y flamenco, consiguieron crear un ambiente que únicamente ellos podían dar a este festival. Aunque ya al terminar el concierto se notaba menos afluencia por la llamada de «los grandes», su fuerza encima del escenario no cesaba. Nita pidió a todo el público que se agacharan, como suelen hacer en casi todos sus conciertos, haciendo aún más divertido y dinámico el espectáculo, por si la voz y su sonido único no fuesen ya suficientes.
Llegaba así uno de los momentos más fuertes de la noche, en el escenario Budweiser nos esperaba Placebo, haciendo que hasta en las gradas no hubiera casi sitio donde estar y con un escenario más que personalizado.
El público se dejó el alma coreando y sintiendo sus canciones más conocidas y casi inmortales para muchos como «Every you, every me» o «Slave to the Wage«, sin dejar de lado algunos temas como «For what its worth» de su ultimo álbum. Molko saludaba al publico español y agradecía su asistencia y su energía en un castellano casi perfecto. Uno de los momentos más importantes ya pasada la hora y media de rock fue cuando presentó en primicia mundial uno de sus nuevas canciones llamadas “B3” haciendo la noche más especial si cabe. No nos olvidamos de los momentos épicos de «The Bitter End» o «Song to Say Goodbye» que hicieron vibrar a todos los seguidores y no tan seguidores que estaban presente en ese momento.
En el otro escenario podíamos escuchar a unos de los grupos que siguen presentando su último disco “Diamantes”, estamos hablando de El Columpio Asesino, donde «Toro» ya se ha convertido en todo un himno más que no puede faltar en un festival.
En el escenario grande teníamos a La Casa Azul, con un público mayoritariamente joven y un escenario muy audiovisual, con pantallas y potentes luces, dejando claro que ellos no son sólo música sino también espectáculo. Guille empezó con su conocido vestuario: casco y gafas espaciales, jugando con las pantallas y las luces al compás de las canciones. Estaba rodeado por sus “Automátas” haciendo un directo divertido e interactivo. No faltaron a la cita temas como «Terry, Peter y yo» o «Superguay» . Después, «La fiesta universal» y con un público que no paraba de saltar y dejarse asombrar por las imágenes de las pantallas al ritmo de la música, Guille hizo un parón para ofrecernos un bonito acústico junto a su piano y cantar la preciosa “Yo también”, banda sonora de la película “Me too”.
Tras ello siguió con las canciones de su último disco “La polinesia Meridional”, para terminar por todo lo alto con «La revolución sexual«, haciendo gritar y saltar hasta la última persona presente: un gran concierto para La Casa Azul.
Poco podemos decir del concierto de Citizensi, breve por su corto repertorio, pero en el destacaron temazos indudables como «Caroline» o «Reptile«.
La noche se acercaba a su final con el DJ francés Etienne de Crecy, que se ganó al público por su “Beats’n’Cubes live”, una puesta en escena con su gigantesco cubo de luces y él pinchando en medio de todo eso, haciendo disfrutar del momento con buena selección musical y un audiovisual atrayente para los ojos.
Finalmente no nos podemos olvidar de los omnipresentes The Zombie Kids, que son los más fiesteros y enérgicos del festival. Fueron un gran colofón para una noche repleta de sensaciones, calidad musical y con ganas, muchas más ganas, de ver como iba a ser el siguiente y último día de festival.
Crónica y fotos: Aby Campaña