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Madrid . 22/04/2012 – Sala Siroco.Cuando aun grupo le precede la fama de ser uno de los directos más potentes de la escena nacional de salas, sólo hay dos opciones: que decepcionen a propios y ajenos, o que cumplan y superen con creces las expectativas.
El sábado 28 de abril, Garaje Jack sólo dieron por aceptable la segunda opción, y desde el primer minuto de su concierto se empeñaron en demostrarlo una y otra vez a los más de 200 fieles que se agolpaban en la legendaria sala Siroco de Madrid.

Para Garaje Jack no existe la mediocridad o la decepción. Van y lo revientan, es como funcionan.

Tampoco les vamos a poner pegas, no a esta altura del partido. Por si es que al lector le hace falta una retrospectiva, diremos que Garaje Jack son una banda de rock and roll (con todas las letras), nacida allá por 1998 en Madrid. Con maquetas y solventes conciertos se fueron haciendo un hueco en el panorama de conciertos de la capital, y publicaron su primer álbum «Alma en celo» en 2001. Desde entonces, decenas de conciertos en salas como Caracol o Joy Eslava y en distintos festivales distribuidos por toda la geografía nacional, y dos álbumes más «Traje Nuevo» en 2008, y «Todo eran canciones» en 2010, más el directo recién publicado «Directo desde la Joy, 2012«, que fue publicado el mismo 28 de abril y cuyo lanzamiento fue el pretexto para el concierto.
 Todos estos trabajos les han labrado un nombre respetado y admirado a lo largo y ancho del panorama musical.

El concierto en Siroco cumplió todas las expectativas con creces. Una audiencia absolutamente entregada (de las 20 canciones que nos regalaron, Laura dejó cantar libremente  al público al menos en 13) y el ya conocido sonido cálido y cercano de la sala son dos ingredientes esenciales, pero Garaje Jack pusieron el resto. Empezando con «Lo que quieras«, «Traje Nuevo» y «No te veo«, quedó claro que iban a por todas desde el principio.
Con su rock potente de dos guitarras (Óscar y el miembro de directo Dani) y base rítmica (Jorge al bajo y Trujo a la batería), fueron desgranando una a una sus grandes canciones, en ocasiones con arreglos singulares, como una versión funky de «Valiente» y otra especialmente dura de «Voy a disparar«. Hubo también sitio para las preciosas «Desde mi habitación» y «Sabor a sal» (la favorita de Laura, según nos confesó unos minutos antes del show) en formato acústico. Pero el lenguaje de Garaje Jack es el de las guitarras eléctricas (por cierto, preciosas Les Paul y Telecaster pasadas por sendos amplificadores Marshall, perfecto combo) y el de los watios, y después del interludio acústico nos dejaron claro que «Poco importa» (una canción nueva que nos presentaban en primicia, y a la que el público del Siroco dio su aprobación) y ya no abandonaron el disfraz de «Domador» del rock hasta el final del concierto.

Nos invitaron a ir al «Bulevar«, con las emociones «A flor de piel«, y nos dijeron que siempre podemos «Volver a empezar«. «Dame más» cerró el set principal y lo que parecía el concierto, pero jugar en casa tiene ventajas y, bromas con el técnico de sonido aparte, volvieron para dejarnos claras un par de cositas. Un «Alma en celo» es algo que de lo que sólo los rockeros como «Tú y yo» podemos presumir. Y sí, después de decir por enésima vez lo infinitamente agradecidos que estaban a todos nosotros y lo mucho que nos quieren (y de saludar a las variopintas gentes de distintas partes de España que estaban por la sala), decidieron tirar la casa por la ventana y cerrar con la mismísima «Whole Lotta Love«.
Cerrar tu concierto con una versión de tu grupo favorito es algo muy setentero y realmente admirable, pero encima hacerlo con una de las candidatas más sólidas al premio de ‘canción más influyente de la historia’ y no morir en el intento (de hecho, salir con la cabeza bien alta) es algo de lo que no mucha gente puede presumir. Sí, sí, «Whole Lotta Love», el temazo de Led Zeppelin con el riff pegadizo y los gemidos orgásmicos a mitad de canción, la misma!. Pues en la Siroco, “en casa”, rindiéndole un tributo perfecto a los «Zep» de rodillas frente a los amplificadores para conseguir acoples y con el público en un notable estado de trance rockero, Garaje Jack cerraron su concierto de la mejor manera imaginable. Las últimas palabras fueron de Óscar, y fueron bien claras. “Os queremos”. Y nosotros queremos a Garaje Jack. Vaya conciertazo. Y que sean muchos más.
© Sergio Santos para El Perfil de la Tostada.