El Niño Gusano, otra forma de entender la música
Podría empezar esta entrada mencionando un montón de datos sobre El Niño Gusano pero todo eso lo podéis buscar en wikipedia o en algún otro blog. Por eso, lo que quiero hacer en este post es hablar sobre lo que significó para mí El Niño Gusano; una banda que ha significado mucho en mi vida, tanto en la filosofía de cómo afrontarla como en el aspecto musical.
Conocí a El Niño Gusano gracias a uno de mis hermanos. Recuerdo que me dijo: “¡Tienes que escuchar ésto!” y a los veinte segundos de escucha le espeté: “¿Qué porquería estás oyendo?”. Él se limitó a esbozar su media sonrisa característica y a decir : “Aquí lo dejo por si quieres oír algo más”. Como yo por aquel entonces tenía la mente obtusa, debido a un pavo que no se me quitaba de la cabeza, no le hice ni caso y pasé de su consejo. A los pocos días se escuchaban de lejos en casa, una a una, las canciones de “El efecto lupa” y poco a poco aquel sonido, que al principio me parecía desagradable, se fue tornando en melodías maravillosas que no desaparecían de mi cabeza… como esos cuadros de tres dimensiones en los que de repente empiezas a ver con nitidez lo que esconden, yo fui comprendiendo y amando el universo de El Niño Gusano. He aquí una de las grandes lecciones que me dio esta banda: “Nunca hay que fiarse de las primeras escuchas, ni para lo bueno, ni para lo malo”. Hay melodías fáciles que se pegan a la primera y luego, tras varias escuchas, te vas dando cuenta de que debajo… no hay nada más, es todo un envoltorio fastuoso de una caja vacía de contenido. Sin embargo con ENG ocurre todo lo contrario.
Sé que a muchos que a estas alturas no conocen a la banda su nombre les puede echar para atrás de primeras y puede ser incluso que nunca escucharían un grupo que se llamase, por ejemplo, “Los Escarabajos”, es mucho más guay «The Beatles». Por eso no hay que tener prejuicios en la música sino dejarse llevar por los sentimientos. Hay canciones que literalmente me ponen los pelos de punta y eso son sentimientos que nacen desde la inconsciencia, ahí reside la magia de la música, en hacer sentir cosas que están muy dentro de nosotros.
ENG basa sus canciones en letras elaboradas buscando en el oyente la propia visión de lo que se cuenta. La voz de Sergio Algora, siempre ha tenido la dureza y fragilidad , del que anda sobre el alambre del desafine sin caer nunca al vacío. Introducían instrumentos atípicos para crear melodías extrañas, con tonalidades y giros difíciles de asimilar en un primer momento y eso las hacía únicas.
ENG nunca ha dejado indiferente a nadie, se le ama o se le odia, y creo que gran parte de la gente que tiene este último sentimiento es porque hace lo que aquél adolescente insolente: conformarse con veinte míseros segundos.
Sergio Algora falleció el 9 de Julio de 2008 a la edad de 39 años por un problema de corazón. La noticia me llego vía mail, por la persona que me los descubrió. Un simple “Ha muerto Sergio A.” hizo que mi corazón pegase un vuelco. Luego se sucedieron en Radio3 los diferentes especiales sobre su carrera, homenajes, tributos y demás. Para mí eso supuso la pérdida de miles de palabras engarzadas con gusto y talento, una multitud de puertas cerradas a mundos aún por descubrir, el dolor de saber que se iba un genio al que muy pocos tuvimos el placer de disfrutar…
Para terminar, una frase que Sergio repetía a menudo y nos ayuda a entender cómo era: «¡Algora ha muerto, champán para todos!».